20h en San José: lo esencial y un par de cervezas

El viaje desde Managua a San José pasó sin particulares problemas, a parte por la pareja de subnormales (madre e hijo pequeño) sentada detrás de mí y por la falta de aire acondicionado (llevo un buen 100% de viajes de “lujo” sin aire). Siguen sin convencerme estas empresas centroamericanas que se venden como de alto estándar, pero luego ofrecen un servicio casi nunca a la altura. No quiero ni necesito ningún tipo de lujo, pero si las circunstancias me obligan a pagarlo, me gustaría amortizar este gasto con un trato decente. En fin, tardamos diez horas para recorrer los 400 y pico km que separan las dos ciudades y para subir unos cuantos peldaños en la escalera del desarrollo socioeconómico.

Más que una visita turística planeada este ha sido un divertido transito de unas horas en San José. Un buen comienzo de viaje en que he podido conocer un poquito más acerca de Costa Rica y su ciudad principal.

San José es la capital de Costa Rica, el país con el mejor nivel de vida entre los siete que componen Centro América. La ciudad está ubicada a unos 1200 metros de altura en el Valle Central y cuenta con alrededor de 1’404’000 habitantes. Además de ser el centro del poder político, San José, representa también el polo económico y cultural costarricense. Si bien los imanes turísticos de Costa Rica son otros, desde hace unos años la ciudad se está moviendo para organizar y ofrecer eventos y manifestaciones que obtienen cada vez más éxito. Como adorno a todo eso el centro histórico presenta algunos monumentos y algunas calles que merecen una visita. Gracias al enorme trabajo del gobierno tico las calles de San José son consideradas entre las más seguras de todas las grandes ciudades latinoamericanas.

San José iglesia de la Soledad

A causa de mi estancia lampo y de la lluvia que oscurecía la ciudad cuando llegué, solo me dio tiempo dar un paseo por las calles del centro por la mañana, unas pocas horas antes de volver a acercarme a la terminal de Tica bus para seguir mi travesía hacia la cola del subcontinente centroamericano, Panamá. Sin embargo, os propongo el recorrido que hice yo viendo cuales son los puntos principales que no hay que perderse.

San José Catedral Metropolitana

Nuestro punto de partida es el Barrio chino, al que según algunos amigos las autoridades tendrán que cambiarle el nombre pronto por falta de…chinos. No tenéis que imaginaros las calles petadas de tiendas, los letreros en chino y el caos típico de los Chinatown de otras grandes ciudades del mundo, como las de los  Estados Unidos. Algunos tramos son peatonales y la sensación general es casi de falta de movimiento. Aquí destacan la iglesia de la Soledad y, en la entrada-salida del mismo barrio en la Avenida 2- el arco chino: una mezcla de elementos asiáticos y precolombinos como para subrayar un intercambio de cultural entre dos civilizaciones antiguas y con historias milenarias interesantísimas. Justo enfrente del arco, a unos cincuenta metros, nos encontramos con otra calle peatonal, la principal de San José, el Bulevard avenida central. Después de cinco meses en Managua no me parecía verdad poder andar por las calles sin tener que parar un taxi y sobre todo sin miedo a ser atracado. Esta quizá es la cosa que más me ha marcado de la ciudad, tanto por la noche como durante el día tuve una sensación de seguridad que no tenía en Managua. No tardé mucho en entender el origen de esa seguridad: en cada esquina parejas de policías patrullan la zona y supongo que eso tiene alejados a la mayoría de los delincuentes. Con esto no estoy diciendo que toda San José sea una ciudad tranquila como lo es su centro, porque más en las afueras la situación no están rosea y la realidad tiene los rasgos marcados por la droga, por la prostitución, las pandillas y la violencia presente en todas las grandes ciudades.

San José Arco chino

Desde el Bulevard, desviando un poco de nuestro recorrido, unas tres cuadras al este está el Parque Nacional con el Monumento Nacional –una estatua de bronce de 1895 que recuerda las gestas heroicas de los costarricenses y de todos los pueblos centroamericanos en la lucha contra el invasor extranjero-. Volviendo al Bulevard y continuando hacia el oeste – ¿sabíais que todas las iglesias de San José miran al oeste? Pues, yo tampoco- se alcanza una de las plazas principales, Plaza de la cultura. Este es un lugar de encuentro para los josefinos y aquí tiene su sede el Museo del Oro precolombino y el Museo Numismático. En una de sus esquinas encontramos dos edificios históricos de la ciudad: el Teatro Nacional y el Gran Hotel Costa Rica. El primero fu construido en el año 1897 y tiene un bonito estilo neoclásico. La historia del hotel, en  cambio, es muy interesante y le agradezco a Majo esta y muchas otras anécdotas interesantes acerca de su ciudad que me contó durante la visita y detrás de un par de buenas Imperial. En el año 1928 se firmó un contrato entre los dueños del hotel –el primero de cierta categoría de todo el país- y el presidente de Costa Rica. A cambio de algunos beneficios fiscales a favor de los dueños, los mismos se empeñaron a ofrecer para siempre el café de mejor calidad de Costa Rica. Esta peculiaridad persiste al día de hoy puesto que el café vendido en el Gran Hotel tiene que pasar toda una serie de pruebas de calidad. Para los amantes de esta bebida esta es una parada imprescindible en su visita de San José. Hay que decir que no se escogió una bebida al azar, sino que todo nace del amor por el café de los ticos y de la muy buena calidad que tiene históricamente el producto en el país. Si seguimos nuestro recorrido hacia arriba, hacia el oeste y dejándonos atrás el Teatro Nacional, llegamos en pocos minutos a la imponente Catedral Metropolitana. La estructura tiene un estilo renacentista y las paredes presentan un original combinación de gris y verde. Desde el año 2006, la casa de Dios tiene un guarda muy especial, una reproducción de Juan Pablo II acompañado por una mujer y una niña. Justo delante de la Catedral está el Parque Central. Aquí me encontré con otra estatua, más curiosa, que representa un barrendero barriendo el suelo, desafortunadamente, de esta desconozco el origen. Continuando unas cinco cuadras más arriba llegamos a la última etapa de mí recorrido por el centro de la ciudad de San José: la Iglesia y el Parque de la Merced. El edificio religioso destaca particularmente en la arquitectura de la ciudad por su estilo neogótico. Las obras empezaron a finales del siglo XIX y hoy en día en las columnas se pueden admirar las decoraciones de la época.

San José Teatro nacional

Con las últimas fotos a la Merced terminó mi paseo turístico básico de San José. Desde luego que la ciudad tiene una oferta más amplia pero estos son los monumentos que entrarían en cualquier must see de las guías de viaje. No muy original, pero esencial y práctico para pasar unas horas en la capital tica. Sin embargo, como siempre la parte del león en mi brevísima estancia la hizo la gente que me llevó de paseo por las calles de su ciudad y de cervezas por sus bares preferidos. Los viajes no se moldean en los lugares que visitamos y en la gente con la que compartimos nuestros pasos, sino en lo que estos nos dejan, las sensaciones y las emociones que vivimos viendo y compartiendo. Por ello, no podría cerrar este primer post de mi viaje agradeciendo y recordando los momentos pasados en compañía de Majo -mi cicerona y csurfer con un pasado reciente en Salamanca-, y su amigo Santiago con sus desaventuras surrealistas. Una pareja de amigos dignas de los mejores Tom y Jerry, no cabe duda. Pronto estrenarán un programa radiofónico sobre sexo patrocinado por la quebrada taquería de doña María. J Un saludo se lo debo también a Sara, al chofer Daniel y los otros compañeros que no pudieron entrar en el último bar porque el portero estaba cabreado.

San José jack majo santiago sarah

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